EXPOSICIÓN ACTUAL

El camí de l’aigua

Valencia

31 mayo — 14 septiembre 2024

Muros de lluvia

… el poeta más profundo descubre el agua vivaz, el agua que renace de sí, el agua que no cambia, el agua que marca con su signo imborrable sus imágenes, el agua que es un órgano del mundo, un alimento de los fenómenos corrientes, el elemento vegetante, el elemento que lustra, el cuerpo de las lágrimas.

Gaston Bachelard

Para los griegos, poiesis era acción, creación, fabricación, era  hacer belleza… de hecho, es una de las palabras que utilizaban para definir arte. Con el paso de los siglos, la poesía se convirtió en una rama de la literatura, en escritura. Sin embargo, la dimensión poética no es patrimonio exclusivo suyo.

En la cita con la que arrancamos este texto, cabe sustituir poeta por pintor para acercarnos con certeza a esta exposición de obras recientes de Vicent Machí.

El agua sigue siendo el elemento material con el que V. Machí ha ido levantando sus singulares arquitecturas pictóricas, y digo arquitecturas pensando en esas construcciones primigenias y originarias (palafitos) o en esa ciudad mágica que es Venecia, porque sobre las aguas tranquilas también se levantan sueños y se activa la imaginación.

Richard Wollheim, es su libro La pintura como arte, asentó un concepto sobre el que no he dejado de dar vueltas: “ver como”. Una especie de prelectura perceptual de una superficie pictórica en base a sus líneas, manchas de color, texturas, relaciones figura fondo, a una capacidad humana previa a la interpretación. Un concepto que años después evolucionó en “ver en”, de visualizar un objeto en una superficie, incidiendo en la radical dualidad de la pintura: material y representacional. Este doble juego funciona incluso en la pintura abstracta, no figurativa, y lo hace de un modo mucho más profundo al establecer una conexión interior: por parte del artista (expresiva) y por parte del espectador (emocional, creencial, vivencial). 

Estos cuadros concitan numerosas dualidades: verticalidad y horizontalidad, gestualidad y geometría, azar y control, línea y mancha, solidez y transparencia, agua y tierra.  Durante la visita al estudio y las posteriores reflexiones post-fotográficas, no he dejado de ver en estas pinturas el intenso recuerdo de varios viajes a ciudades italianas: la citada Venecia, la inolvidable Florencia o la incomparable Roma. El recuerdo no ya de obras de arte, sino de incontables muros de tantos edificios repintados y desgastados por la lluvia, por el sol, por el viento. En estas pinturas, percibo el olor de la tierra en el campo y del asfalto cuando el agua de los charcos se seca, veo el tiempo detenido, el tiempo perdido entre las páginas de Proust…

Volviendo a Bachelard, el agua imaginaria se nos aparece como el elemento de las transacciones, como el esquema fundamental de las mezclas. Y la mezcla fundamental es la combinación del agua y de la tierra, el verdadero tipo de mezcla para la imaginación material.  La pintura de Machí es la integración unitaria de pigmento y aglutinante, de tierra y agua, de materia e imagen, de materia y acción, de materia y evocación. Estos caminos (una vez más la tierra) del agua nos conducen a un territorio ilimitado en donde el agua fluye rítmicamente por doquier y se nos aparece como un ser total dotado de cuerpo y alma, de una voz con mil sonidos, de un rostro con mil máscaras.

Juan Bautista Peiró

Universitat Politècnica de València